Van dos anécdotas de Albert Einstein. Me cae bien, tenía buen sentido del humor. Mañana catorce de marzo se cumplen 133 años de su nacimiento... célebre piscis, E=mc2.
Primera anécdota:
Cierta vez Einstein coincidió con Charles Chaplin. En el transcurso de la conversación, el físico le dijo al actor:
-Lo que he admirado siempre de usted es que su arte es universal; todo el mundo le comprende y le admira.
A lo que Chaplin respondió:
-Lo suyo es mucho más digno de respeto: todo el mundo lo admira y prácticamente nadie lo comprende.
Segunda anécdota:
Se cuenta que en los años veinte, cuando Albert Einstein empezaba a ser conocido por su Teoría de la Relatividad, era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias. Dado que no le gustaba conducir y sin embargo el coche le resultaba muy cómodo para sus desplazamientos, contrató los servicios de un chofer.
Después de varios días de viaje, Einstein le comentó al chofer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez.
-Si quiere -le dijo el chofer- lo puedo sustituir por una noche. He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra.
Einstein estuvo de acuerdo y antes de llegar al siguiente lugar, intercambiaron sus ropas y Einstein se puso al volante.
Llegaron a la sala donde se iba a celebrar la conferencia y como ninguno de los académicos presentes conocía a Einstein, no se descubrió la farsa. El chofer expuso la conferencia que había oído repetir tantas veces a Einstein.
Al final, un profesor en la audiencia le hizo una pregunta. El chofer no tenía ni idea de cuál podía ser la respuesta, sin embargo tuvo una chispa de inspiración y le contestó:
-La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que se la responda la persona que se encuentra al final de la sala... que es mi chofer.