Confía en el tiempo

"La persistencia de la memoria", 1931.
Salvador Dalí. Pintor español.
Óleo sobre lienzo. 24 x 33 cm.
Museo de Arte Moderno de Nueva York.


Para mi Tita Otilia.

Confía en el tiempo que te ha dado la vida para vivirla. No te inquietes por su paso. Recuerda cuando no pensabas que jugar era divertido; solamente lo sentías. Cuando te encontrabas cantando en el cole o estudiando química sin saber para qué podría servirte en la vida.

Confía en el tiempo cuando te enamores por primera vez o, por lo menos, creas que así es. Cuando dediques y te dediquen canciones y poemas; cuando te encuentres nostálgico porque acabó la ilusión. Confía en que es el tiempo enseñándote a sentir, después de todo, "el tiempo cura las heridas" y cuando menos lo esperes te descubrirás capaz de empezar de nuevo y volver a amar.

Confía en el tiempo cuando salgas con los amigos y sigan los mismos pasos de baile; cuando discutan por defender puntos de vista opuestos, cuando te metas en problemas o te emborraches o te vayas de pinta o no llegues de la fiesta a la hora indicada. Confía en ese espíritu de rebeldía que si bien se calmará, nunca dejará de estar latente en ti.

Confía en el tiempo cuando inicies un nuevo trabajo y no sepas qué hacer, cuando pienses que no das la talla, incluso cuando estés por darte por vencido, dale "tiempo al tiempo", continúa en ello, te forjará en la difícil profesión de ser constante para cualquiera que sea el oficio que decidas ejercer.

Confía en el tiempo cuando no sepas por qué todo te pasa a ti, cuando te compares con otros o te midas por estereotipos; cuando te pienses solo en el mundo o cuando en la vida encuentres la muerte o no quieras pedir ayuda y dudes y te cuestiones... confía que "al mal tiempo buena cara" y que está bien pedir ayuda. No temas confrontarte ni exigirte: que sea tu motor para no pasar demasiado tiempo en lamentarte.

Confía en el tiempo, porque el único riesgo que corres es no percatarte que te pertenece y que tú lo haces. Por eso, cuando te encuentres con un escritorio lleno de papeles, cuando te despiertes muy temprano y te vayas a dormir sin un descanso de trabajo, cuando por asistir a una cita de negocios te pierdas la fiesta de cumpleaños u olvides el aniversario o te encuentras de mal humor con los que más te quieren o tengas constantes malestares físicos, advierte el tiempo que estás dejando pasar, haciendo a un lado la oportunidad de vivir. Peligrosa sentencia es decir "no tengo tiempo". Mal augurio para tu bienestar emocional y tu sinceridad hacia otros. No pongas en una frase el desinterés por los tuyos o por las actividades que te hacen mejor.

"Ya se me hizo tarde. ¡Me voy, me voy, me voy! ¿Lo ves? ¿Lo ves? ¡Ya son más de las tres! ¡Me voy, me voy! ¿Qué tal? ¡Adiós! ¡Me voy, me voy, me voy! ¡No, no, no, no, no, no, no, yo ya me voy! ¡Si me hablan ya no estoy! ¡Me voy, me voy! ¿Qué tal? ¡Adiós! ¡Me voy, me voy, me voy!
De "Alicia en el país de las Maravillas" de Lewis Carroll. 

Confía en el tiempo y cuando las horas pasen lentas pon ideas alegres en ellas. No inviertas en malos pensamientos, lucha contra ellos, pues te atan. No te sientas superior, no aniquiles con palabras hirientes a tus propios sueños ni a los de otros. Trabaja en el tiempo que demanda la paciencia, te llevará a decir la palabra adecuada, en el momento preciso, a la persona indicada. Incluso te dará sabiduría para reconocer cuándo es mejor elegir el silencio, tan necesario para escuchar.

Confía en el tiempo y no lo pienses como la suma de las horas que acumulan días que se vuelven años y te caen encima. Piénsalo como el espacio incierto que tienes para darle valor a tu existencia. Recíbelo jovial, en paz, en armonía. No lo pretendas eterno, no lo atribuyas superfluo.


Confía en el tiempo y dalo a los demás. Lleva a tus hijos al parque, visita a los abuelos, juega cartas con las amigas, ofrece un vaso de agua al caminante desconocido, festeja a los niños de la casa-hogar, riega las plantas, escribe y lee cuentos, escucha música, contempla el atardecer, ve a la cantina, ayuda al herido, paga el billete de un concierto. Cuando lo hagas sonríe y, sobretodo, agradece a Dios o a Buda o a la tierra o al nombre que hayas decidido darle a ese ser que sin duda existe y hace sentir tu espíritu pleno.

Por eso, si alguna vez te encuentras con "todo el tiempo del mundo", procura hacer que valga. Llama para decir "Te quiero", anda por caminos desconocidos, corre sin prisas, inscríbete a un curso, siente la vida. Porque cuando te encuentres solo un día en algún lugar del mundo, entenderás que te ha dado todo lo que has querido y sabrás que siempre has tenido "el tiempo del mundo" para hacer que valga cada minuto. En serio, aunque a veces no lo entiendas, aunque duela, aunque amenace o exija más de ti, confía en el tiempo que te ha dado la vida para vivirla.