Título: The need for it has grown Obra de Laura Mena |
En el imperio de la vida el cuerpo es supremacía. No lo
podemos ocultar, habla por nosotros, nos distingue en la multitud, nos delata
en la intimidad, nos protege del anonimato, nos acompaña de por vida y nos
sobrevive en fotografías.
Desde
tiempos inmemoriales el cuerpo ha sido motivo de arte. Una de las esculturas
más antiguas de las que se tiene registro es la Venus de Willendorf, que se ha
interpretado como un tributo a la fecundidad y a la belleza. Si no supiéramos
que data del Paleolítico Superior y la tomáramos como una obra actual, se
consideraría, tal vez, boceto de una escultura de Botero. Es decir: no entraría
en el canon de belleza de la sociedad actual.
¿Qué pasa con los cuerpos que no cumplen o que rompen las
normas, costuras, reglas, paradigmas, estándares e ideales? ¿Qué pasa con todo
aquello diferente? Hablar de la belleza es hablar de su contrario, porque va
implícito lo que se descarta: lo no bello. Lo feo. Lo grotesco. ¿Pero
según qué o según quién? Umberto Eco lo pensó y hace unos años publicó dos
libros relacionados a esto. La “belleza” y la “fealdad” están en el ojo de
quien mira, porque todos tenemos huellas mentales y experiencias físicas que
nos hacen percibir eso que se ha llamado realidad de una manera distinta a los
otros. Cada quién tiene su versión de la vida y cada quién tiene sus formas de
nombrarla.
Eso es el arte, una invitación a escuchar las voces y
visiones de otros plasmadas en pintura, fotografía, escultura, diseño. El arte
es un lenguaje físico que nos seduce a la contemplación, nos incita a
experimentar, a mirar para sentir.
Cuerpos
ajenos emocionan al cuerpo propio; lo reflejan, lo cuestionan. Cuerpos ajenos
nos hacen experimentar el nuestro. Cuerpos en carne viva ante los que,
posiblemente, cuerpos con prisa y vestidos de civiles no se detendrán. ¿Cómo
una imagen o una pieza de arte puede ser tan poderosa que nos provoca masajes
intelectuales, desdén absoluto e incluso vergüenza? ¿Será porque el arte es un
reflejo de lo que somos?
Con el propósito de lucir
la sexualidad como un objeto de arte, Cuerpos:
lo bello y lo grotesco, es una exposición que reúne obra de estudiantes de la Licenciatura en
Artes Visuales de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de
Yucatán: Lucía Escoto, Jesús Jasso, Carolina Barajas, Laura Mena, Diego de Regil, Irving
Peralta, Eduardo Graniel, Jessica Magaña, Eduardo Méndez Lázaro, Alejandro
Doporto, Lizzet Ortiz, Juanjo Dziu, Odette Bravo Pérez, Mauricio Collí, Emilio
Puc, Giovanna Alpuche, Georgina Evia y René Romay.
Cada uno de ellos ha
hecho de las obras que presentan un acto de striptease creativo. El Arte es
otra forma del valor. Y esta exposición es muestra de ello. Se planeó que las
obras, previo a la inauguración, estuvieran “vestidas” con una cubierta de
papel ilustrada por Jesús Jasso. Así, cada artista “desnudaría” su obra…
pero al hacerlo simbólicamente se desnudaría a sí mismo, porque esta acción es
una manera de aceptar sin temor lo que han creado. Esta exposición ha sido,
para ellos, revelarse en arte. Es decir: darse
Desnudarse.
Addy
Góngora Basterra
Mérida, Yucatán
| Febrero, 2013
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La exposición "Cuerpos: lo bello y lo grotesco" inaugurada el martes 19 de febrero de 2013, está en los pasillos del patio central del ex-convento de la Mejorada, sede de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Yucatán.
Podrá visitarse hasta el jueves 28 de febrero.