Por Addy Góngora Basterra.
Hay alguien a quien recuerdo siempre no como es, sino como me lo he ido construyendo con los años. Sé que he vuelto sus ojos más celestes de lo que son en realidad. Quizá me los invento en una suerte de conjuro haciéndome creer que no los he olvidado.
Nos conocimos en un pueblo con mar una noche que ya se había convertido en madrugada. Vimos desde el muelle, con las piernas colgando, como al amanecer se encendía el turquesa del caribe. Hablamos de lo que él quería hacer en la vida y de lo que yo quería. Él tenía 23 años. Yo 17. Me dijo que quería ser piloto. Yo le dije que quería escribir siempre. Hablamos de cine: Top Gun. Esa le gustaba. Aviones, finalmente. Fuimos por el muelle hasta la arena. Would you dance with me?, le dije cuando caminábamos por la orilla. I don´t like to dance... me dijo serio... without music... y sonrió, acercándose más a mí de lo que ya estaba. Y entonces se puso a cantar, en voz muy baja, cerca de mi oído, una canción que si bien es triste en ese momento parecía un prodigio:
You never close your eyes
any more when I kiss your lips...
Uh baby baby
I get down on my knees for you
If you would only love me
like you used to do.
Teníamos el oleaje en los tobillos.
Fuimos felices en ese amor breve, la única noche que tuvimos.
Lo único que tengo de él es su nombre completo y una sonrisa cuando lo recuerdo.
Las veces que he vuelto a ese puerto con mar miro el árbol bajo el cual estuvimos sentados, miro el muelle, voy a la orilla donde bailamos y me acuerdo de sus manos y de esos ojos, de su voz cantando, de sus sueños de aviación y de lo que me dijo al despedirse de mí cuando se subió al taxi que lo llevaría a su hotel. Lo vi irse, enmarcado en el cristal de atrás del coche, diciéndome adiós con la mano... haciéndose pequeño... hasta doblar la esquina en la cual lo perdí para siempre.
Esta mañana tropecé sin querer con un poema de José Emilio Pacheco del libro La arena errante.
FOTOS
No hay una sola foto de entonces.
Mejor así: para verte
necesito inventar tu rostro.
...
Mejor así: para verte
necesito inventar tu rostro.
...
Y me acordé de esa cara que yo también me invento...
y por un instante volví a ese mar...
oh... oh... that loving feeling...