Unicornio marino: el Narval

Por Nevia Leonor Pérez Aguilar 
Estudiante de Biología Marina 
Universidad Autónoma de Yucatán

¿Han escuchado del  narval? Yo lo conocí de una forma nada original: viendo documentales en Discovery Channel. Me llamó la atención por la infantil —pero no despreciable— razón de que su nombre comienza con “N”, igual que el mío.

Se trata de una ballena que vive en aguas árticas —de hecho, más al Norte que cualquier otro cetáceo— donde forma grupos bastante unidos de poco más de veinte individuos del mismo sexo o de la misma clase de edad. En el verano estos pequeños grupos se juntan y forman agregaciones de varios cientos de individuos. Los machos llegan a medir hasta 4.7 metros y las hembras, 4.2. Los adultos tienen motas negras en el dorso pero el vientre es blanco; los individuos viejos se tornan cada vez más blancos —no pude evitar pensar en las canas de mi abuelo—. 

No tienen aleta dorsal sino una cresta carnosa en la mitad posterior de la espalda —no pude evitar pensar en la cresta de los gallos—. En el verano se alimentan de bacalao ártico (Arctogadusglacialis) y bacalao polar (Boreogadussaida) —no pude evitar pensar en el bacalao a la vizcaína de navidad— pero en poca cantidad; durante el invierno se atiborran de Reinhardtiushippoglossoides, no conozco su nombre común, pero es una especie de lenguado con mucho más contenido lipídico —mucho más grasosa— que el bacalao; comen calamares del género Gonatus todo el año. Durante el verano las orcas (Orcinus orca) se alimentan de narvales y cuando llega el invierno los osos polares (Ursusmaritimus) usan el mar congelado como plataforma para alcanzar los narvales y sacarlos del agua para tener una buena charla con ellos… bueno, en realidad para matarlos y comerlos… pero tenía que escribirlo.

(Nota para Nevia: Debo evitar pensar cosas que no vienen al caso).

Y bueno, aquí termina el primer párrafo de datos generales —muy generales— sobre el narval, ahora hablaré sobre su característica más notable y única: su “cuerno” de hasta tres metros de longitud. A propósito, si quieren pueden saltarse los nombres científicos cuando lean, pero yo siento que es una obligación biológica ponerlos, así que tendrán que disculparme.

 Se piensa que el narval es el animal detrás de la leyenda del unicornio. Desde la Edad media, comerciantes y químicos conspiraron para mantener la existencia del narval en secreto, mientras vendían “cuernos de unicornio” a un precio muy alto pues se suponía tenía propiedades curativas. Herman Melville, en su magnífico y gran —¡gran!— libro de 1851, Moby Dick —¿y cuál si no? — escribe:


Por ciertos antiguos escritores claustrales he sabido que este mismo cuerno de unicornio marino se consideraba en épocas pasadas como el gran antídoto contra el veneno, y que, en cuanto tal, los preparados hechos de él alcanzaban precios inmensos. También se destilaba en sales volátiles para damas que se desmayaban, del mismo modo que los cuernos de ciervo se elaboran como amoníaco. Originalmente se consideraba en sí mismo como objeto de gran curiosidad.

Así es como los narvales fueron percibidos en la civilización occidental hasta el siglo XVII cuando aparecieron las primeras descripciones de un pez-monstruo marino.

La verdad es que el “cuerno” es un diente, el canino izquierdo de la mandíbula superior que atraviesa el labio y sigue creciendo; eso de un colmillo que atraviesa el labio puede llevar a algunos a pensar en vampiros mutantes, pero les aseguro que el narval es un cetáceo y no chupará su sangre. Hay una gran variedad en la forma y dimensiones de este diente, algunos son bastante rectos y otros tienen la forma de un sacacorchos; algunos son delgados y frágiles, mientras otros son cortos y gruesos.

En 1758, Linneo —el apasionado-por-el-orden y clasificador-de-plantitas—, usó el nombre científico Monodonmonoceros para la ballena con un diente y un cuerno. Me gusta su nombre científico, es de los fáciles de recordar; también me gusta porque se parece al nombre científico con que me acabo de bautizar: Monocromáticusmonosilábicus. He aquí la explicación: 1) mi pelo y mis ojos son del mismo color: café, café y 2) no soy habladora sino todo lo contrario, tengo desgarradoras historias de bulliyng de la secundaria por causa de esta característica mía, pero regresemos al narval antes de que pueda recordar más.

Ya he aclarado que se trata de un diente, pero no necesitamos ser dentistas para tener curiosidad y preguntar: ¿cómo así?, bueno, seis pares de papilas dentales maxilares y dos pares de papilas dentales mandibulares están presentes en los embriones de los narvales  pero sólo dos pares maxilares persisten y se desarrollan. De estas, los dos dientes anteriores se elongan. Los otros dos dientes permanecen vestigiales. En los machos, el izquierdo de los dos dientes elongados crece (en espiral hacia la izquierda) y sobresale a través del hueso maxilar y la piel del rostro de la ballena… y el resultado es una pieza natural bella, magnífica, asombrosa… y de misteriosa utilidad.

¿Para qué sirve el colmillo del narval? A mí me estorbaría un diente retorcido que sobresale de mi boca pero al parecer a los narvales no ¿por qué?





En Moby Dick—recuerden, escrito en 1851—, hay un capítulo que se llama Cetología, y yo creo que es una gema, dice cosas extrañas, como que las ballenas son peces pero creo que eso contribuye a su encanto; bueno, en este capítulo Melville—¿o debería llamarlo Ismael? — describe muchas ballenas, desde delfines hasta el cachalote, y por supuesto pasa por el narval… y por supuestísimo habla de su colmillo: 

Pero —el colmillo— se encuentra sólo en el lado izquierdo, lo que produce un desagradable efecto, dando a su poseedor un aspecto análogo al de un zurdo inhábil. Sería difícil responder a qué propósito exactoresponde este cuerno o lanza de marfil. No parece usarse como la de hoja de pez-espada o pez-aguja, aunque algunos marineros me dicen que el narval lo emplea como una badila revolviendo el fondo del mar en busca de alimento. Charley Coffin decía que se usaba como rompehielos, pues el narval, al subir a la superficie del mar polar y encontrarlo cubierto de hielo, mete el cuerno para arriba y se abre paso. Pero no se puede demostrar que sea correcta ninguna de esas hipótesis. Mi propia opinión es que, de cualquier modo que este cuerno unilateral sea usado por el narval, de cualquier modo que sea, le resultaría muy conveniente como plegadera para leer folletos.

Literatura más reciente (1981) y sin licencia poética, dice que parece improbable que sirva para alimentarse pues la mayoría de las hembras no tienen colmillos y sobreviven bien; más bien podría servir para que los machos peleen como un modo de establecer su dominancia en la jerarquía social. Los machos pelean de forma no agresiva debajo o arriba de la superficie del agua; el sonido de los colmillos chocando es como el de dos bastones de madera que son golpeados el uno con el otro.

Una hipótesis más nueva (2005) dice que es un órgano sensorial. Se descubrieron  diez millones de pequeñas conexiones nerviosas que van desde el nervio central del colmillo hasta su superficie exterior. Aunque se ve rígido y duro, el colmillo es como una membrana con una superficie extremadamente sensible, capaz de detectar cambios en la temperatura, presión del agua y también gradientes de partículas, ésta última característica les permite conocer la salinidad del agua, lo que podría ayudarlas a sobrevivir en su ambiente Ártico, pudiendo reconocer las características del agua apropiadas para los peces que comen. Estas conexiones sensoriales también proveen habilidad táctil. Al frotar sus colmillos los machos deben experimentar una sensación única.

Pero esto rompe las reglas del desarrollo normal, después de todo ¿porqué se expondrían al  frío ambiente ártico esos millones de caminos sensoriales que conectan al sistema nervioso?

Estas ballenas son misteriosas y sólo una cosa es segura: no padecen sensibilidad dental.

Larga vida-no-en-cautiverio al narval.



Sobre la autora: 

Me llamo Nevia Leonor Pérez Aguilar  y nunca ideé un pseudónimo convincente. Nací en Mérida en el año de gracia de 1991 y estudio Biología Marina en la Universidad Autónoma de Yucatán. Odio que lo definido entre en la definición pero no odio las definiciones negativas. Tengo un hermoso gato, quien siente por mí un auténtico amor por conveniencia.


El texto "Unicornio marino: El Narval" fue publicado en el número 15 de la revista Al Pie de la Letra de la Escuela de Humanidades de la Universidad Modelo.  
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