¿Cuánto puede salir de treinta teclas en una máquina de escribir? |
Underwood Girls
Quietas dormidas están,
las treinta redondas blancas.
Entre todas
sostienen el mundo.
Míralas aquí en su sueño,
como nubes,
redondas, blancas y dentro
destinos de trueno y rayo,
destinos de lluvia lenta,
de nieve, de viento, signos.
Despiértalas,
con contactos saltarines
de dedos rápidos, leves,
como músicas antiguas.
Ellas suenan otra música:
fantasías de metal
valses duros, al dictado,
que se alcen desde siglos
todas iguales, distintas
como las olas del mar
y una gran alma secreta,
que se crean que es la carta,
la fórmula como siempre.
Tú alócate
bien los dedos, y las
raptas y las lanzas,
a las treinta, eternas ninfas
contra el gran mundo vacío,
blanco en blanco.
todas iguales, distintas
como las olas del mar
y una gran alma secreta,
que se crean que es la carta,
la fórmula como siempre.
Tú alócate
bien los dedos, y las
raptas y las lanzas,
a las treinta, eternas ninfas
contra el gran mundo vacío,
blanco en blanco.
Por fin a la añoranza pura,
sin palabras sin sentido,
ese, zeta, jota, i...
Pedro Salinas
(Oda a la máquina de escribir)
sin palabras sin sentido,
ese, zeta, jota, i...
Pedro Salinas
(Oda a la máquina de escribir)