Casi nunca veo tele y cuando la veo "paso sin ver", como en las cartas.
Sin embargo, hace un rato las imágenes de un comercial me tuvieron unos segundos frente a ella. Mientras tomaba agua, vi una publicidad de Coca-Cola; una publicidad que juega con nuestra nostalgia como nosotros jugábamos a la vida y a un mundo mejor. Si algo tiene en común conmigo quien éstas líneas lee -sea cual sea la edad, nacionalidad, profesión y deseos- es la infancia. Todos fuimos niños y todos tuvimos ese mundo de fantasía, de realidades bañadas por lo que las animaciones y caricaturas religiosamente nos vendían. Por eso estas imágenes nos atañen y conmueven, porque nos evocan y vengo, gracias a Youtube, a echarlo al aire como quien aventara un puñado de escarcha.
Acuérdense: fuimos superhéroes.
Eso es precisamente lo que nos recuerda el comercial. Después de verlo no corrí a destapar un refresco -a pesar de que combinaba perfectamente con el menú de hoy- sino que corro a buscar mi capita roja, porque uno nunca sabe a quién puede salvar hoy.
Sin embargo, hace un rato las imágenes de un comercial me tuvieron unos segundos frente a ella. Mientras tomaba agua, vi una publicidad de Coca-Cola; una publicidad que juega con nuestra nostalgia como nosotros jugábamos a la vida y a un mundo mejor. Si algo tiene en común conmigo quien éstas líneas lee -sea cual sea la edad, nacionalidad, profesión y deseos- es la infancia. Todos fuimos niños y todos tuvimos ese mundo de fantasía, de realidades bañadas por lo que las animaciones y caricaturas religiosamente nos vendían. Por eso estas imágenes nos atañen y conmueven, porque nos evocan y vengo, gracias a Youtube, a echarlo al aire como quien aventara un puñado de escarcha.
Acuérdense: fuimos superhéroes.
Eso es precisamente lo que nos recuerda el comercial. Después de verlo no corrí a destapar un refresco -a pesar de que combinaba perfectamente con el menú de hoy- sino que corro a buscar mi capita roja, porque uno nunca sabe a quién puede salvar hoy.