Para él, para ti, para ella

Galleta de la suerte.


El propósito de estas palabras era despedir el 2013 en la columna que publico en el Diario de Yucatán. Si bien ya cambió el año, la intención es la misma: la vigencia es vitalicia.

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Porque son los últimos días del año escribo para él, para ti, para ella. Para quien menos lo imagina. Por todo lo que nos espera. Porque cualquier parecido con la realidad no es coincidencia. Nuestras vidas se parecen: nos corta la misma tijera.

I


Porque me habló de amor y me pidió una cita, porque me escribió una carta enamorada que no respondí. Porque tal vez herí su corazón de manera involuntaria, porque a veces eso pasa, porque la vida es así. Porque son los últimos días del año le deseo meses próximos con ilusión renovada, con amor posible, con un nombre repetido noventa y siete veces en el celular por tantos mensajes recibidos. Porque es noble, transparente, porque merece amor correspondido.

II


Porque éramos amigas. Las mejores. Porque la vida tiene esquinas inesperadas que quiebran los caminos y llevan por sendas separadas. Porque bailaba conmigo y sonreía y era feliz girando en sus tacones. Por las copas de vino y la música, por los abrazos, los secretos, las pasiones; por la última mirada y las que nunca más serán. Porque me duele y la recuerdo. Porque la he querido por entero.


III


Para él, para ti, para ella. Porque escribir es otra forma de querer. Porque pensar en alguien y trazar su nombre es hechizo, es recuerdo, es eterno. Por eso aquí va una persona: __________ un él, un ella, alguien a quien se quiera y se ha tenido cerca este año impar. Ahora estas palabras de amor son del lector. Para él, para ti, para ella. Recórtalas. Obséquialas.

IV


Porque está junto a mí en una foto que he perdido. Porque nos recuerdo hombro con hombro en un tiempo al que es imposible volver porque ya no somos lo que fuimos. Porque dicen que es feliz. Porque siempre tendrá para mí amor sincero y años intactos. Porque es más grande que yo aunque siempre se impuso a su cuerpo mi tamaño. Porque no nos hemos vuelto a ver y piensa en mí el día de mi cumpleaños.


V


Por sus manos de trabajo y la mirada cansada que fue la órbita de tantos. Porque sale de su casa solamente para regar las plantas, caminando despacio. Por su voz en el teléfono y el olor del tabaco, vicio que el doctor le retiró, humo que ya no sigue echando. Porque para quererla sólo tengo noble corazón de infancia. Porque se merece días plácidos, toda la paz y toda la bonanza tras dejar el alma, el cuerpo y los años en un cardumen de parientes. Porque hay personas que debieran tener cielo terrenal, una vejez tranquila y sin pendientes.

VI


Porque me aventó su enojo y lo frené y lo enfrenté, porque cuando me dijo algo que no me pareció le respondí sin miedo y ahogado en furia no tuvo más que aceptar mis decisiones. Porque algo bueno debe tener, quizá sea un buen amigo, buen hermano. Porque sí, porque todos, porque estoy cerca de él y deseo que tenga mejor carácter, que no azote la puerta, que trate mejor a la gente, que algo pase este fin de año y lo vuelva diferente.


VII


Porque es la mayor de varias hijas y es valiente. Porque tras años se atrevió a salir de una casa donde no era bien querida y volvió a una ciudad donde sus hermanas le hacen sentir la tierra prometida. Porque ahora el horizonte luce diferente y su cuerpo en el espejo le dice una verdad que la halaga y florece. Porque sus hijos están bien, están mejor, porque se está procurando lo que por años se debió. Porque el dos mil catorce será año de renovación.


VIII


Porque son los últimos días del año escribo para él, para ti, para ella, para quien leyendo vuelva suyas mis palabras. Porque todos merecemos un final con esperanza, con mérito, con ánimo. Para él, para ti, para ella. Porque sí, por todo, porque siempre. Porque es justo. Porque escribo con amor. Porque cuando escribo eso es lo que busco y proclamo. Porque eso quiero hasta el último día del año.