El asombro, Saturno y sus anillos


El periódico cuenta cosas increíbles y resalto esta palabra porque la digo con todo la significación que tiene. Increíbles. Una vez más se comprueba que la realidad le gana a los inventos literarios, en la cotidianeidad ocurren cosas que se antojan de ficción… o que muchas veces quisiéramos que ocurrieran en una dimensión alterna, en una película o en una novela, pero no en nuestras vidas, no en personas conocidas por nosotros, no en nuestro entorno.

Muchas veces tengo miedo de entrar a portales virtuales de periódicos por temor a las calamidades que siempre encuentro en ellos. Me asusta el contenido de los periódicos y más aún por las fotografías, hay imágenes periodísticas que son verdaderamente fuertes y que de tan sólo mirar me hacen sentir una descarga de electroshocks, me dejan mal en la silla, me han quitado el sueño o, por lo contrario, me hacen tener pesadillas.

Sin embargo no quiero dejar de saber qué es lo que pasa en México, qué es lo que pasa en Mérida, qué es lo que pasa en el mundo. Cada mañana hago un recorrido por la prensa, el primer periódico que visito es uno de Yucatán, mi nostalgia meridana reclama saber qué es lo que pasa donde está la gente que quiero y su periódico es mi pista de despegue. Así empiezo la peregrinación por los periódicos en la que, a decir verdad, si bien algunas veces termino adolorida, también aprendo mucho. Sabemos bien que los periódicos están llenos de mentiras, hechos feos y contrariedades, pero también tienen cosas buenas y están llenos de sorpresas.

Desde hace unas semanas decidí crearme accesos directos a las páginas de Cultura que tienen los periódicos que me gusta leer. Estos enlaces directos son con el mismo propósito de las “ojeras” (¿o cómo se llamarán esas cositas que le ponen a los caballos que andan, por ejemplo, en Paseo de Montejo, para que puedan andar por la avenida viendo de frente únicamente y no asustarse de lo que pasa al lado de ellos?) Bueno, pues así con mis enlaces, siento que puedo transitar tranquilamente sin caer en pánico, según yo “me protejo”, me mantengo a salvo de sustos y dolores que me dan cuando emprendo la ronda por periódicos virtuales.

¿A ustedes no les duele el alma cuando leen cosas malas que ocurren en el mundo?

Siiiiiiin embargo, irremediablemente ese remolino de calamidades me termina absorbiendo. De forma inevitable se me atraviesa un título temible… ni siquiera tengo que leer la nota —a veces los títulos son peores que la nota— o al menos para mí que me lo imagino todo y, repito, es como si me dieran electroshocks.

Hay notas que me dejan triste y con la sensación que nos queda cuando por descuido atravesamos una telaraña que no sabemos como quitarnos del cuerpo y de la cara, damos manotazos sin ton ni son ante esa sensación de tener algo en la piel, algo que no podemos ver… aún cuando ya nos hemos quitado de encima el misterioso telar. Así me pasa con algunas noticias, no sé cómo quitármelas de encima, quisiera olvidarlas pero no puedo.

Pero no todo es tragedia en un periódico. También está la contraparte, hay notas que me llenan de aprendizaje y alegría. Siempre le agradeceré a la prensa el poner a prueba diariamente mi capacidad de asombro. ¿A ustedes no les pasa? Asombro. A veces me río porque me veo a mí misma haciendo exclamaciones de sorpresa. Esa capacidad de asombro no es solamente por cosas que no puedo creer, sino muchas veces por cosas que no sabía y que de pronto me transforman la vida, notas a veces muy breves que me develan detalles, hechos, personajes, momentos o realidades que para mí era inimaginables, cosas que no sabía que podían existir, acontecimientos que me dejan con la boca abierta o que me hacen querer levantar el teléfono para compartir esa chispa… ¿cuántas veces una nota de periódico no ha sido detonador de fantasías, de historias, de películas?

Esta mañana me ha dejado fascinada leer sobre Saturno y sus anillos. ¿Quién me iba a decir que hoy, con la nariz metida en la taza de café y mirando por encima de su borde el periódico en la compu, todavía en pijama, iba a enterarme que los anillos de Saturno se vuelven invisibles cada quince años por un fenómeno producido por el sol? No sé para ustedes, pero para mí es una aventura cotidiana leer el periódico, un placercito personal y esto es porque me gusta la vida, me sorprende y también estoy media loca porque quizá a nadie más le importen los anillos de Saturno, pero a mi me fascina saber de él, más aún porque últimamente he estado pensando en anillos: los anillos de compromiso que han recibido mis amigas y lo que ese circulito en la mano izquierda implica; he estado pensando también en una tarde de marzo cuando María, mi amiga francesa, le dio vuelta a mi mano y se puso a leerla sin que yo se lo pidiera (yo no sabía que sabía de las líneas y del destino trazado en ellas) y recuerdo su sentencia con acento de española: “Pero si tienes el Anillo de Salomón”… y recordé eso porque en estos días he estado pensando en, según la leyenda, el verdadero Anillo de Salomón y en su sabia inscripción Esto también pasará, frase válida tanto en infortunios como en alegrías... Esto también pasará, frase que he hecho mía, que me repito y me hace bien. Esto también pasará.

Todo este asunto es porque al caer a un sitio de Cultura me llamó la atención el título de una nota: “Desaparecen” anillos de Saturno. Ya sabemos: la curiosidad mató al gato y ái me fui a ver qué le había pasado a los anillos… ¿a dónde se fueron?, me gustó pensar, ¿habrá también ladrones, piratas galácticos saltando de planeta en planeta buscando tesoros y arrasando con ellos? Así que empecé a leer la nota para saber un poco del planeta y su misterio lejano, y, ahora entiendo, no fue cuestión de piratas ni ladrones: fue el sol. Que no desaparecieron; que lo que pasó fue que por un efecto del sol dejaron de verse. Ahhhh, cambia la cosa... “fenómeno que ocurre cada quince años”, dice la nota. Los anillos, cuyo espesor es de diez metros, dicen los que saben, al recibir directamente la luz del sol por una perfecta alineación hace que dejemos de verlos.


Dicho de otro modo: ilusión óptica: el David Copperfield de los anillos de Saturno es el sol.

(Aplausos)

Lección del día: Ojo con el ancho de tus bordes y del alineamiento que tengas con el sol, mejor es vivir iluminado y no invisible. Búscate el ángulo correcto.

Paréntesis: A propósito del sol y los efectos que provoca, todos los días en un rincón de mi departamento —cuando no está nublado— la ventana me regala un showcito multicolor que me llena de alegría: los vitrales de una lámpara hacen un carnaval en la pared que se desplaza según el movimiento del sol. Para lograr el jueguito de luces cambié de lugar la lámpara, es decir, tuve que alinearla con el sol y así me creé algo similar a una mini aurora boreal que me hace alegre. De otro modo, no existiría. Fin de paréntesis.

Volviendo al tema del periódico y a Saturno, lo fascinante fue aprender de que están integrados esos aros que la ciencia ha llamado “anillos”. Están conformados por barro, rocas, hielo y lunas pequeñitas… ¡ustedes se imaginan! ¡un telescopio por favooooooor! Saturno un arrecife y en torno a él peces lunares, peces de barro, peces de roca, peces de hielo… aros que además cada quince años se vuelven invisibles, capa mágica el sol cuando su luz le da directo… ahh… qué masajito para la imaginación y para el deleite ha sido esta nota…

¿Estoy loca?



Han pasado unos minutos… leí el principio de éste texto… ¿saben de qué me di cuenta? quería contar otra cosa, una nota que leí en La Jornada y que me llenó de asombro, pero por lo visto los anillos ejercieron su fascinación, todas esas lunitas ejercieron su atracción como a las mareas y vine a dar a Saturno cuando en realidad quería expresar por qué pienso que la realidad supera a la ficción, todo esto por lo siguiente, vean no´mas:



“Conductor de TV mandaba asesinar para subir rating de su programa”Presunto líder de una banda criminal divulgaba los homicidios para Canal libre, de Amazonas, cuyos reporteros llegaban antes que la policía al lugar de los hechos…


... pero mejor vayan a ustedes a leer la nota, aquí les dejo el link dando click aquí:



¡y acuérdense de andar bien alineados con el sol!


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