Mi ejemplar con un hielo... |
Llegó marzo y el coronel Aureliano recordará la tarde cuando su padre lo llevó a conocer aquella rareza gélida dentro de un cofre de pirata, ante el que murmuró: «Es el diamante más grande del mundo»… pero no, no era, «es hielo», le dijo el gitano.
Llegó marzo y, aunque sea sólo por hoy, si tienes «Cien años de soledad» hojea el principio, o reléelo, o léelo completo otra vez, o por primera vez. Y tal vez te enamores de la novela, quieras un poquito más al español y veas con otros ojos la joya de agua con vocación de charco que luce junto a la portada.