El incuestionable clamor del 8M



Esta mañana, en Mérida. Incontables mujeres, acompañándonos con la voz y con el cuerpo, caminamos bajo el sol de Yucatán con nuestras historias. Estamos presentes por las que ya no pueden ir, estamos sólidas, estamos seguras de ir juntas. Fue emocionante detener por un momento el contingente al ver ondear una bandera de México de la que se desbordaba una tela morada (¡qué gran metáfora!), desde el balcón de una casa de Paseo de Montejo, como también inevitablemente conmovedor cuando alzamos el puño y gritamos juntas "Justicia para Emma", al ver a Ligia, su madre, con el gesto desgarrado de impotencia. Estremece sentir el poder, la pacífica unión ante el clamor de mujeres de todas las edades, mujeres de distintas ciudades, looks y deseos, siendo en diversa multitud una necesaria e incuestionable voluntad. 

· Addy Góngora Basterra ·
Domingo 8 de marzo de 2020.