Letras mías, letras de otros, letras para todos


Por Julia Mortera.

Las imágenes que acompañan este texto forman parte de la instalación "The key in the hand" de la artista japonesa Chiharu Shiota, presentado en la Bienal de Arte de Venecia de 2015. Esta pieza se refiere a los recuerdos que se guardan en la memoria mediante la composición de un cielo rojo hecho de hilo rojo, dos barcas y más de cincuenta mil llaves recopiladas por diferentes personas del mundo. ¿Cuántos espacios y momentos no habrán protegido todas esas llaves? La artista también reflexiona: "Las llaves nos inspiran a abrir las puertas de mundos desconocidos".
Que mis llaves contribuyan siempre a abrir puertas en la inmensidad del mar.


Una de las muchas razones por las cuales me gusta la poesía es porque permite iniciar la lectura desde el poema que se decida. Así me aventuré a conocer lo no tan conocido de Pablo Neruda, por lo menos para mí en aquel entonces. Es cierto que al principio iba buscando el muy pronunciado poema número veinte de su obra “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”: Puedo escribir los versos más triste está noche… leía una y otra vez.

Con el paso de los días avanzaron también las páginas y, con ellas el descubrimiento de las diversas temáticas de Neruda en su producción literaria. Recuerdo con especial gusto su “Oda a las cosas”, “El mar” y “Pido silencio”. Por poemas como esos fue naciendo en mí el gusto por temáticas cuya idea central no era el amor, sino el asombro por lo cotidiano o, muy especialmente, la denuncia de los acontecimientos sociales del entonces.

Muy particularmente me enamoré de “El barco”, que es en realidad lo que quisiera compartir hoy. Lo relevante de la literatura, como cualquier otro medio de expresión del arte, es lograr dar al mundo piezas con un sentido de actualidad que por su valor conceptual y estético, hacen que en el hoy reflexionemos. Quise guardar en la memoria este poema porque me conmovió, y porque cuando lo leí hace casi diez años comenzaba a interesarme en un tema que sigue siendo polémico: la migración.

Recurro como título de este texto a la frase que Addy utiliza para este blog porque hoy, recurriré a las letras de Neruda, que han servido de reflexión para algunas letras mías que compartiré la semana entrante.

· juliamortera74@gmail.com ·


“El barco”

Pero si ya pagamos nuestros pasajes en este mundo
¿por qué, por qué no nos dejan sentarnos y comer?
Queremos mirar las nubes,
queremos tomar el sol y oler la sal,
francamente no se trata de molestar a nadie,
es tan sencillo: somos pasajeros.

Todos vamos pasando y el tiempo con nosotros:
pasa el mar, se despide la rosa,
pasa la tierra por la sombra y por la luz,
y ustedes y nosotros pasamos, pasajeros.

Entonces ¿qué les pasa?
¿Por qué andan tan furiosos?
¿A quién andan buscando con revólver?

Nosotros no sabíamos
que todo lo tenían ocupado,
las copas, los asientos,
las camas, los espejos,
el mar, el vino, el cielo.

Ahora resulta
que no tenemos mesa.
No puede ser, pensamos.
No pueden convencernos.
Estaba oscuro cuando llegamos al barco.
Estábamos desnudos.
Todos llegábamos del mismo sitio,
Todos veníamos de mujer y de hombre.
Todos tuvimos hambre y pronto dientes.
A todos nos crecieron las manos y los ojos
para trabajar y desear lo que existe.

Y ahora nos salen con que no podemos,
que no hay sitio en el barco,
no quieren saludarnos,
no quieren jugar con nosotros.

¿Por qué tantas ventajas para ustedes?
¿Quién les dio la cuchara cuando no habían nacido?

Aquí no están contentos,
así no andan las cosas.

No me gusta en el viaje
hallar, en los rincones, la tristeza,
los ojos sin amor o la boca con hambre.



No hay ropa para este creciente otoño
y menos, menos para el próximo invierno.
Y sin zapatos ¿cómo vamos a dar la vuelta
al mundo, a tanta piedra en los caminos?

Sin mesa ¿dónde vamos a comer,
dónde nos sentaremos si no tenemos silla?
Si es una broma triste, decídanse, señores,
a terminarla pronto,
a hablar en serio ahora.

Después el mar es duro.

Y llueve sangre.