¡Vivan los Muertos!



Por Addy Góngora Basterra.

La Catrina entonando las coplas de La Llorona en la voz de Eugenia León, a capela… y luego acompañada por una guitarra en el cabaret al que acuden las calaveras de José Guadalupe Posada, calacas adelitas, calacas de machos mexicanos con bigote y sombrero, emborrachándose, con pistola en mano lanzando balazos, llevándose tequila y mezcal a la garganta a cada tanto… mientras, desde el escenario, una orquesta llena de música el ambiente en el que parejas de calacas bailan danzón.

Todo lo anterior tiene lugar en el cortometraje Hasta los huesos de René Castillo, animación hecha con plastilina que en menos de diez minutos representa el culto a la muerte a través de íconos de la cultura popular mexicana. Imperdible: no dejen de verlo y menos hoy, Día de Muertos. Para ver el corto, click aquí

La famosa creación de Posada, La Calavera Garbancera ha trascendido a nuestros días con el nombre de La Catrina pues Diego Rivera así la renombró, pintándola con ropa en el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. La Catrina es una representación festiva y alegre, una muerte viva y, como podemos ver en la animación de René Castillo, seductora hasta el delirio.


Posada, a través de sus calaveras y esqueletos, retrató al pueblo mexicano: calaveras en fiestas populares, calaveras de clase alta, calaveras con bigotes y sombreros revolucionarios. Se sabe —y me parece simbólico—, que al morir Posada nadie reclamó su cuerpo, por lo que años después sus restos fueron echados a una fosa común… en compañía de anónimas calaveras… cómo es de paradójica la vida… sitiado en su muerte por lo que dibujaba en vida. ¿Poético? destino.






El Día de Muertos (o Hanal Pixán, como llamamos a esta fiesta en Yucatán) es una celebración en la que convergen todos los sentidos: el colorido en el papel picado, el olor del chocolate batido, del mole con ajonjolí, el pib en Yucatán (¡congélenme un pedazo por favor!), el pan de muerto, las frutas, la música... ¡un derroche de vida para recordar a los que se nos fueron, viviéndolo con alegría y hasta los huesos!

¡Vivan los muertos!