CRÍTICA: MÚSICA - DiscosApóstoles de Fela Kuti
Fela Kuti en Fete de l'Humanite en La Courneuve, Francia.
© Fotografía de Bernard Bisson/Sygma/Corbis
© Fotografía de Bernard Bisson/Sygma/Corbis
Nota de JAUME R. SALAS
Publicada en Babelia.com
Algunos le conocen como el James Brown africano. Muchos, como el héroe de todo un continente. Algo más justo, esto último, cuando uno bucea en la agitada biografía de Fela Anikulapo Kuti: hijo de una familia de clase media de Nigeria, lo mandaron a estudiar a Londres a finales de los cincuenta. Lo que ahí aprendió, sin plan previo, fue a mezclar su carrera musical con las ideas de Malcolm X y Martin Luther King para erigirse en el azote de un gobierno, el de su país, que lo acosó hasta el límite. Pero sólo el sida, año 1997, pudo con él.
Desde entonces, muchos devotos de su figura y del afrobeat, estilo que el propio Kuti alumbró hermanando jazz y funk con la tradición africana, tratan de mantener viva la llama. Uno de ellos es Dj Floro, el álter ego en cabinas y estudios de Floren Cuadrado (Palencia, 1953) y, entre otros, uno de los presentadores del programa Sonideros de Radio 3. "Fue un visionario, un revolucionario, una rock star, alguien que dirigió su voz por y para los sin voz, capaz de consagrar su vida a la lucha por la unión de todos los pueblos africanos, enfrentándose al colonialismo y a la corrupción política nigeriana. No conozco a ningún otro músico africano que haya hecho esta cruzada". Palabra de Dj Floro, el mismo que desde 2002 codirige los destinos de la Asociación Cultural AfrobeatProject. De entre sus acciones, la publicación de Republicafrobeat, una serie que rastrea el mapamundi en busca de grupos que reinterpretan los postulados del maestro nigeriano.
Ahora, en su tercer volumen, otra buena muestra de la salud que dicho estilo goza en medio planeta. Al sur de Europa, propuestas como la francesa Fanga o la de Afro Soul Toasting All Stars, afincada en España. Al norte, el finlandés Jimi Tenor, los holandeses AIFF o la saxofonista sueca Sofi Hellborg. Y cruzando el charco, los neoyorquinos Kokolo o Sandra Izsadore Smith, veterana activista de los sesenta y ex miembro de las mismísimas Black Panthers. Pero no son estos los únicos nombres que han tomado el testigo en esta carrera de fondo. Más allá de Femi Kuti y Seun Kuti, dos de los hijos de Fela, y de la más que activa trayectoria de su inseparable batería Tony Allen, son muchos los músicos de Occidente que han absorbido parte de su legado. A la cabeza podríamos situar a David Byrne, explorando sus ritmos a principios de los ochenta en aquel Remain in Light con su banda Talking Heads. Y en África también han puesto sus ojos grupos actuales como los sorprendentes Vampire Weekend o celebridades de nuestro pop como Paul Simon o el cantante de los británicos Blur, Damon Albarn, en álbumes como Graceland y Mali Music, respectivamente. ¿Otra forma, si cabe más sutil, del imperialismo? "En el acercamiento de muchos occidentales a las diferentes músicas de África ha habido de todo", contesta Dj Floro. "Desde apropiaciones de samplers y canciones a la utilización partidista de músicos africanos, pero también respeto y colaboración entre diferentes culturas".
Más de una década después de su muerte, la sombra de Fela Kuti sigue siendo alargada. Y su papel, según reincide el propio entrevistado, único e irremplazable en el intento de cohesionar la diáspora del continente negro. "La influencia del reggae y de Bob Marley en África es muy extensa y se debe a varias causas. Una de ellas es el mayor apoyo de la industria discográfica. El reggae y el afrobeat comparten en muchos casos la denuncia de las condiciones de vida de sus habitantes. De todas formas, creo que Bob Marley ha unido a los africanos más musicalmente que políticamente". Si es que en cualquiera de ambos casos puede hablarse de unión. Porque a pesar de los pequeños granos de arena que Dj Floro lleva colocando desde hace tiempo, sus ojos no ven la actualidad con demasiado optimismo: "Hasta hace dos años el presidente de Nigeria era Olusegun Obasanjo. El mismo que en 1977 arrasó a sangre y fuego la Kalakuta Republic, la comuna que creó Fela en Lagos. Sigue existiendo una corrupción generalizada y los mismos problemas que él denunció, no sólo en su país sino en muchos otros de ese enorme continente".