"En la luz de México, todo es fotogénico y contra el azul intenso de su cielo y la superficie de sus paredes de piedra o encaladas, las cosas y los seres se destacan con meridiana nitidez; la diafanidad de la atmósfera recorta puro cuanto contorno toca, desde el de la nube pesada y blanca hasta el del rostro anguloso y moreno. Mas la calidad extraordinaria de ciertas películas mexicanas no se debe únicamente ––como algunos dan en afirmarlo–– al ambiente natural en que sus escenas fueron rodadas, ni al físico de sus personajes ni al carácter típico de las vestimentas y costumbres. Si así fuera, si sólo se tratara de reflejar lo superficial, no nos resultarían tan intolerables como nos resultan ciertas “mexicanadas” que, al mismo México fueron a filmar los hombres de Hollywood o filmaron, también allá, sus imitadores mexicanos. No, la calidad única de María Candelaria, de Flor Silvestre, de Enamorada y de la mayoría de las escenas de La Perla, se debe al talento de dos artistas que, al calar hondo en la esencia de su tierra, han dado a lo visible una nueva dimensión y sentido nuevo: Emilio Fernández como director y Gabriel Figueroa como fotógrafo, han obrado ese milagro".
María Rosa Oliver
Fragmento del artículo "Cine", en la revista México en la Cultura, Mayo-Junio de 1949, Nº. 2. Pág. 14. Buenos Aires.
Una de las imágenes más difundidas de La Perla (1945) protagonizada por Emilio El Indio Fernández y María Elena Márquez
El trabajo de Gabriel Figueroa es una obra de arte, quien admire su trabajo ––o quien no conozca su obra–– no deje de visitar este sitio (especialmente las fotografías de Sala 1), es una excelente carta de presentación y una forma de empezar a vivir el cine mexicano a través de sus imágenes: http://www.cecut.gob.mx/micrositio/index.html