Eduardo Galeano


Drew Barrymore caracterizada como Chaplin


El Cine

Geraldine iba a trabajar en una película, en alguna aldea metida en las montañas de Turquía.
La primera tarde, salió a caminar. No había nadie, casi nadie, en las calles. Pocos hombres, mujer ninguna. Pero a la vuelta de una esquina, se topó, de sopetón, con un enjambre de muchachos.
Geraldine miró a los costados, miró hacia atrás: estaba cercada, no tenía escapatoria. La garganta se negó a gritar. Sin palabras, ofreció lo que tenía: el reloj, el dinero.
Los muchachos rieron. No, no era eso. Y hablando algo más o menos parecido al inglés, le preguntaron si ella era la hija de Chaplin.
Geraldine, atónita, asintió. Y recién entonces advirtió que los muchachos se habían pintado bigotitos negros, y que cada uno tenía una rama a modo de bastón.
Y la función empezó.
Y todos fueron él.