Porque eres una niña con una flor y tienes una voz que no conozco, te prometo amor eterno...
Y porque eres una niña con una flor y has llorado en la estación de Roma porque nuestras maletas siguieron viaje solas hacia París y te apenaste tanto por ellas, que partían así en mitad de todas aquellas maletas extranjeras. Y porque cuando sueñas que te abandono transfieres tu d.d.c. a mi vida cotidiana y te enfadas conmigo durante todo el día como si yo tuviera la culpa de que seas tan subliminal.
Y porque cuando te empecé a gustar procurabas saber a toda costa con qué camisa iba a salir para hacer mimetismo de amor, vistiéndote con ropa parecida. Y porque tienes un rostro que está siempre en una hornacina, incluso cuando te echas el cabello hacia delante como una santa moderna, y andas despacio, y hablas a treinta revoluciones por minuto pero sin resultar pesada. Y porque eres una niña con una flor, te vaticino muchos años de felicidad, por lo menos hasta que yo sea viejo: pero sólo cuando haga aquella paradita maliciosa para mirar hacia atrás podrás irte, lo comprenderé.
Y porque eres una niña con una flor y tienes andar de paje medieval; y porque cuando cantas ni siquiera un mosquito oye tu voz, y desafinas tan bien y después entonas, y a veces te despiertas en mitad de la noche y empiezas a cantar como una loca. Y porque tienes un osito llamado Nounouse y le hablas mal de mí, y él escucha pero no está de acuerdo porque es de mi cuerda, y cuando te sientes perdida y sola en el mundo te acuestas agarrada a él y lloras como una tonta poniendo la boca así de grandes.
Y porque eres una niña que no parpadea nunca y tus ojos fueron hechos el primer día de la Creación, y eres capaz de mirarme durante horas. Y porque eres una niña que tiene miedo de verse en el espejo, y cuando te miro durante mucho tiempo te vas poniendo nerviosa hasta que digo que estoy jugando. Y porque eres una niña con una flor y has cautivado mi corazón y te encanta el puré de papas, te pido que me consagres como tu Constante y Fiel Caballero.
Y siendo una niña con una flor, te pido también que nunca más me dejes solo, como durante aquel último mes en París; todo se convierte en una calle silenciosa y oscura que no va a dar a ninguna parte; los muebles se detienen mirándome con pena; es un vacío tan grande que las otras mujeres ni siquiera se atreven a amarme porque lo darían todo por tener un poeta lamentándose por ellas, la mano en la barbilla, las piernas cruzadas tristemente y aquella mirada que no ve.
Y porque eres la única niña con una flor que conozco, te escribí una bonita canción, "Mi enamorada", para que, cuando yo muera, tú, si no has muerto también, te acuestes abrazada a Nounouse cantando sin voz aquel fragmento en el que digo que tú "tienes que ser la última estrella, mi amiga y compañera, en el infinito de nosotros dos".
Y ya que eres una niña con una flor y te estoy viendo subir ahora tan pura entre las margaritas- por la ladera que conduce a nuestra casa, aquí en estas montañas recortadas por la mano profética de Guignard; y mi corazón, como cuando me dijiste que me querías, se ha puesto a latir cada vez más deprisa.
Y porque me levanto para abrazarte, y el bosque a nuestro alrededor empieza a murmullar y se llena de luciérnagas mientras la noche cae con sus secretos, sus muertes, sus sorpresas, sé, ah, sé que mi amor por ti está hecho de todos los amores que he tenido, y tú eres la hija predilecta de todas las mujeres que he amado; y que todas las mujeres que he amado, como tristes estatuas a lo largo de una alameda en un jardín nocturno, te han ido pasando de mano en mano, de mano en mano hasta mí, lavándote el rostro y adornando tu frente con guirnaldas, te han ido pasando hasta mí entre cantos, súplicas y gritos... porque eres hermosa, porque eres cariñosa y sobre todo porque eres una niña con una flor.
Vinicius de Moraes es Brasileño.
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