Briceida Cuevas Cob: Poesía Maya

Briceida Cuevas Cob. Poeta campechana.
Fotografía de Israel Gutiérrez
La lengua maya es una lengua poética, una lengua riquísima en todo la extensión de la palabra. Supe reconocerlo en una comunidad indígena de Yucatán cuando escuché que lo que para nosotros es el "pulso" —ese latir que nos sentimos si ponemos el dedo gordo sobre la vena, abrazándonos la muñeca— para los mayas es "el corazón de la mano". No se me hubiera ocurrido. Los mayas, con su cultura ancestral, con su visión tan particular de la vida, tienen una manera de nombrar verdaderamente hermosa. Su literatura es, por lo tanto, la conjugación de esta tradición milenaria con su idioma metafórico; la combinación de mitos y leyendas que acompañan su cotidianeidad con la realidad actual. Es reconfortante saber que hoy, en pleno siglo XXI, mientras a unos les da por no creer en nada, otros siguen creyendo en todo aquello que los precede por centurias: eso es tener raíces.

Y raíces tiene Briceida Cuevas Cob, escritora en lengua indígena que nació en Tepakán, Campeche, en 1969. Me gusta su poesía porque en ella está presente lo que mencioné en el párrafo anterior, la vida cotidiana con la leyenda, lo común con la tradición. Los poemas que a continuación transcribo tienen su original en maya; son una traducción al español que acompañan notas que también transcribí al final de los poemas. En ellas puede verse lo que aparece simbolizado en algunos versos. No dejen de leerlas, son para saborear, bien pudo el realismo mágico haber nacido en un pueblo de Yucatán.



COMO EL CARBÓN
JE BIX CHUUK (1)

Y entonces naciste,
niña de ojos muy negros. (2)
Tan negros como el carbón que hace tu padre,
como la olla de tu madre,
como el reverso de su comal. (3)

Como el ojo del pozo cuando lo asaetea la oscuridad.




TU PRIMER ARETE
A YÁAX TUP


Porque naciste hembra
tu madre jaló un hilo de su corazón
y te lo enhebró en la oreja como tu primer arete. (3)



IRÁS A LA ESCUELA
YAN A BIN XOOK


Y aquellas hormigas que reían, cantaban, bailaban y jugaban a la ronda, comenzaron a llorar. Había nacido una hembra, quien les echaría agua hirviendo cuando aparecieran en la cocina. (4)


Tú irás a la escuela.
No serás cabeza hueca.
Traspasarás el umbral de tu imaginación
hasta adentrarte en tu propia casa
sin tener que tocar la puerta.
Y contemplándote en el rostro de tu semejante
descubrirás que desde tus pestañas,
flechas nocturnas prendidas en el corazón de la tierra, (5)
desciende tu sencillez
y asciende la grandeza de tu abolengo.
Tú irás a la escuela
y en el cuenco de las manos de tu entendimiento
contendrás el escurrir del vientre de la mujer de tu raza.
De su calcañal
descifrarás los jeroglíficos escritos por el polvo,
el viento y el sol.
Grandes los ojos de tu admiración
contemplarán sus senos desfallecientes
después de haber derramado vida sobre la tierra.
Irás a la escuela
pero volverás a tu casa,
a tu cocina,
a pintar con achiote (6) el vientre del metate,
a que lama la lengua del tizne tu albo fustán,
a inflar con tus pulmones el globo-flama,
a que hurguen tus ojos los delgados dedos del humo,
a leer el chisporroteo en el revés del comal,
a leer el crepitar del fuego. (7)
Volverás a tu cocina
porque la banqueta (8) te espera.
Porque el fogón guarda en sus entrañas un espejo.
Un espejo en el que estampada se halla tu alma. (9)
Un espejo que te invoca con la voz de su resplandor.


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Notas


1.- Este poema supone que la madre se rascó las pupilas para que su hija tuviera profundos ojos negros.


2.- En maya xaamach, del náhuatl comalli, de comcomitl, `olla´: disco plano de barro cocido o metal que colocado sobre el fuego sirve para cocer y calentar diversos alimentos, particularmente las tortillas de maíz.


3.- Se refiere a la práctica de atar un hilito rojo en el lóbulo de una recién nacida. En la fotografía puede verse perfectamente un hilo de color verde.


4.- Forma parte de un cuento tradicional maya. Cuando nace un niño, las hormigas se alegran, pues cuando él se convierta en campesino dejará caer pedacitos de su bastimento de maíz que ellas comerán con gusto. Cuando nace una niña, lloran porque cuando ella crezca y cuide la cocina las alejará arrojándoles agua hirviendo.


5.- Se refiere a las pestañas sin rizar, naturales.


6.- En maya K´uxub: se trata de las semillas o granos con que se hace el "achiote" o "axiote", Bixa orellana. Se emplea como colorante y como condimento.


7.- Entre los mayas, como en muchos pueblos mesoamericanos, se afirma que el fuego de la cocina, del "fogón", transmite noticias. En los casos mencionados aquí, habla el fuego debajo del comal (p´iilis) o desde su crepitar (u waak´).


8.- Banco alargado, generalmente de tres patas, donde los mayas actuales preparan la masa de distinto maíz y distintos alimentos.


9.- En maya, pixan: literalmente es `alma´ y se aplica también a las apariciones de las almas y espíritus de los muertos. En este caso se alude a una costumbre maya (también muy extendida en otras zonas indígenas) de enterrar el ombligo del niño en la milpa, donde trabajará cuando crezca, y enterrar el de la niña debajo del fogón, donde laborará cuando sea mujer.

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Los poemas de Briceida Cuevas Cob, son extraídos del libro "Los nuevos cantos de la ceiba", Antología de escritores mayas contemporáneos de la península de Yucatán. Edición trinlingüe Maya-Español-Inglés, publicada por el Instituto de Cultura de Yucatán, teniendo como editores a Carlos Montemayor y Donald H. Frischmann. Año 2009.