Voladores de Papantla



La UNESCO le dio a Los Voladores de Papantla el título de Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad. Por qué intangible, se preguntarán algunos... como me pregunté yo. La respuesta es porque este patrimonio es de la mente humana, siendo el cuerpo el instrumento para su ejecución. Además del título que felizmente engalana a Veracruz... pedacito de patria que sabe reír y cantar... en otra latitud también fueron designados como Patrimonio Cultural, el Tango y el Candombe.

Estos hombres de Papantla, ¿por qué vuelan? ¿por qué se cuelgan de cabeza? ¿qué significa, qué es todo este ritual? Siempre me han dado curiosidad las danzas; más allá de lo que vemos hay algo subterráneo, no es el movimiento así porque sí, sobretodo si de bailes de origen prehispánico hablamos. Siempre hay un misterio tras cada movimiento.

La revista
México Desconocido (la recomiendo muchísimo) dice lo siguiente al respecto:

Según la leyenda totonaca, los dioses dijeron a los hombres: “Bailen, nosotros observaremos”. Y eso es justamente lo que hacen los hombres-pájaro, o “voladores”, ejecutan una espectacular danza para agradar a los dioses. Un grupo de cinco hombres se suben a un poste de unos 30 metros de alto, cuatro de ellos se atan una cuerda a la cintura y se lanzan de cabeza al vacío con los brazos abiertos, girando alrededor del poste. Mientras tanto, el quinto miembro permanece en la parte superior del poste y toca música indígena con instrumentos de madera hechos a mano. La flauta representa el canto de las aves y el tambor la voz de los dioses. Esta danza es también un símbolo de los cuatro puntos cardinales (la plataforma de cuatro lados y los cuatro voladores). El músico va marcando los cuatro puntos cardinales, comenzando por el oriente, pues es ahí donde se origina la vida. Cada volador gira 13 veces, cifra que multiplicada por los 4 voladores da el número 52, y ya se sabe que según los calendarios prehispánicos, cada 52 años se completa un ciclo solar, después del cual nace un nuevo sol y la vida sigue su curso.

Con la designación que la UNESCO ha hecho como Patrimonio Cultural, los periódicos por estos días hablaran al respecto; va un collage de fragmentos:

. Es un ritual dedicado al dios sol y a los cuatro puntos cardinales que realizaban los Totonacas como modo de agradecimiento y en épocas de sequía para pedirle agua al dios de la lluvia para poder cultivar.

. El origen de este ritual se remonta a la época prehispánica, originalmente el atuendo de quienes los realizaban consistía en trajes confeccionados con auténticas plumas de aves, que representaban águilas, búhos, cuervos, guacamayas, quetzales y calandrias.

. De acuerdo con la tradición, una fuerte sequía en la zona del Totonacapan, en Veracruz, causó graves estragos entre la población, por lo que un grupo de viejos sabios se reunió para encontrar una solución. Entonces encomendó a unos jóvenes castos localizar y cortar el árbol más alto, recio y recto del monte para realizar una ceremonia en la que se pidiera a los dioses que devolvieran la fertilidad a la tierra a través de las lluvias.

. Los ejecutantes suben a la parte más alta del tronco, previamente se colocan sendas cuerdas alrededor de éste, las cuales se atan a los pies y cintura para que desciendan girando en círculos alrededor del tronco mientras suena la música que acompaña el ritual.

Si en alguna ocasión tienen la oportunidad de ver un espectáculo de Astrid Hadad (mexicana de ascendencia libanesa, nacida en Chetumal, Quintana Roo) no se la pierdan. Es un personaje en todo el sentido de la palabra, surrealista, ironista del espectáculo cuyo show es un despliegue de folclor mexicano y mucha creatividad. ¿Se le ocurrirán a ella todas esas cosas que exhibe en su espectáculo? ¿Tendrá un equipo deschavetado? Siempre me he preguntado eso. Como quiera que sea, ¡qué bueno que exista! Visiten su página dando click
aquí. Hablo de ella porque hace unos años vi en su show un número donde salía con un sombrero... ¡y en el sombrero un poste con los voladores de Papantla! ¡Sen-sa-cio-nal! Los activaba con un interruptor y le daban vueltas mientras ella interpretaba, quizá, un Son Jarocho... no recuerdo qué canción era la del número, pero sí lo que no olvido fue la puntada de haber salido con unos voladores a escala en el sombrero: ¡De Diez!

Seguiría hablando del tema... pero tengo que salir. Dejo unas notas relacionadas sobre la designación de la UNESCO, click para ir a la que sea de interés:

1.- Conaculta celebra a tradiciones mexicanas en lista de UNESCO (El Universal)
2.-
Reconoce la UNESCO a los Voladores de Papantla (El Dictamen)
3.-
Papantla vuela directo al catálogo de la UNESCO (Milenio)


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